4.4.10

Acto de voluntad


He aquí... que parezco la buena muerte*
Siempre quise escribir sobre la contingencia de mi vida y remitirme en breves o extensas palabras a lo que sucedió, estaba sucediendo o iba a suceder. Contar, quizás, mis emociones clandestinas (that's my literary reference of the week, thank you) o por último disminuir la materialidad literaria para que otros (y yo misma) accedan a la experiencia concreta y tibia de mi vida cotidiana. Me confieso en la imposibilidad, mis intentos han fracasado en diluvios de insostenible textualización  sin a veces ni siquiera actualizar mi blog, y eso surge de una europeizante o hegeliana tendencia a despreciar el argot de una persona común y ordinaria. Me declaro incompetente ante el diario de mi vida, incapaz de librarme de esta adicción al manierismo tan frívolo como apasionado de mi pobre escritura, de la escritura.Siempre falla, siempre fallo.
A pesar de eso, y reconociendo honestamente la vanidad que hay como fin de siempre empezar algo y nunca terminarlo, comentaré brevemente las exquisitas adquisiciones de abril: coachella, primavera, tú y yo, nosotros.

2.4.10

Megalize Larry Jane

This is why I love California 



Tú y tú y tú y solamente tú

Abril, no sé, es admirable y es viernes. Es como mirar con ilusión, pero tener más felicidad entre las manos que nunca antes. Elegir una canción, después otra. Y otra. Escuchar risas de fondo. Hilarlo todo, hasta que se cuelguen mis labios en tus labios, y las manos por la espalda. Entonces tanto, y tan poco que ha pasado. Entonces míradas. Control. Silencio.
Entonces escritos de segunda mano, y noticias de primera, y cosquillas a diestro y siniestro. También salir a caminar como si fuera primavera, y dormir abrazados. Luego cerveza con limón, para las azucenas. También tú, y tú, las madrugadas en que te despiertas sin miedo, cuando abres los ojos y tienes razón, tienes razón, sólo cercanías.Solo sueños. Carreteras que nos juntan, amigos que se comparten y se multiplican. Y luego los conciertos en vivo y en directo, todo lo que puedes encontrar en un clóset desordenado, algo para pegar en la pared. Mirarte y no saber qué hago, y que no importe.