5.8.11

Alegoría de otro instante.

Cuando estoy feliz escribo considerablemente demasiado o considerablemente poco. A veces considerablemente cursi o a veces escribo nada más considerablemente. También cuando estoy feliz me dan ganas de hacer todas las cosas. Cuando estoy feliz camino ese río de calles y puentes, solo lo considerable, para asegurarme de que tú nunca vendrías. Cuando estoy feliz escribo cartas que nunca envío, planto flores que nunca crecen y canto cuentos que nadie entiende. Cuando estoy feliz me siento al borde de mi cama y tiendo mi brazo por encima de esos cuerpos que no habitan en ella, murmuro muy bajo hacia la nada solo para no hacerme notar de que yo soy muy feliz, tan considerablemente feliz. So long so long so long.